domingo, 16 de agosto de 2009

El martillo y el disco, el fuego y la camisa negra

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En Cuba encarcelan a Juan Carlos Gonzáles Marcos (Pánfilo) por pedir comida (jama) y en Miami, algunos extremistas cubanos, queman camisas negras (símbolo del éxito de un cantante) y sus discos porque quiere hacer un concierto en Cuba ¿dónde está la diferencia?

Me tiene muy decepcionada la postura de algunos exiliados cubanos con respecto al tema de Juanes y su próximo concierto en La Habana. Los extremos son malos desde cualquier parte. Aunque el apóstol de la independencia cubana haya dicho ¡Todo al fuego, hasta el arte, para alimentar la hoguera! No quiere decir que hagamos con el arte un volcán en erupción porque no simpaticemos con uno u otro artista. La intolerancia de algunos grupos extremistas de Miami da una imagen muy negativa de la comunidad cubana, y distorsionan, ante los ojos del mundo, nuestros sentimientos de libertad y democracia ¿Dónde se ha visto que en un país donde more la libertad y la democracia se quemen libros y discos de música por no compartir ideales con sus autores? El extremismo de estos seniles grupos, le hacen un favor muy flaco a las ansias de libertad al pueblo cubano.

La dictadura cubana, atornillada en sus extremos se traga a todo aquel que está en contra de sus ideas totalitarias, y en Miami, los grupos extremistas hacen un tanto parecido. En Cuba fusilan y encarcelan porque tienen las leyes de su parte, ¿qué hicieran estos extremistas de Miami si tuvieran también ese poder? Juanes estuviera colgando de una palma del parque del dominó hasta que se pudriera.

Yo estoy de acuerdo con el concierto de Juanes en la Plaza de la revolución en La Habana, pero eso solo me da la libertad de opinar y así lo hago, sin embargo, si esa libertad coartara en algún momento el derecho de Juanes de rebatirme o de hacer lo que le venga en gana, en La Habana o en San Juan de los Palotes, entonces dejaría de expresar en el acto mi opinión, porque no debe ser, ni siquiera una opinión, asesina de libertades y derechos de nadie.

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